Descubre consejos expertos para el pre y postoperatorio de una cirugía de ligamento cruzado anterior, una operación fundamental para quienes han pasado por una rotura de ligamentos de la rodilla.
Qué hacer antes de la cirugía de ligamento cruzado anterior
La preparación antes de la cirugía de ligamento cruzado anterior es fundamental para asegurar una recuperación exitosa. Aquí te explicamos lo que debes trabajar antes de la operación:
1. Reducir la inflamación
Es importante disminuir la hinchazón en la rodilla antes de la cirugía.
Ejercicios recomendados:
- Elevación de pierna recta:
- Cómo hacerlo: Acuéstate de espaldas y coloca una almohada debajo de la pierna afectada. Mantén la pierna recta y levántala lentamente unos 20-30 cm del suelo. Mantén la posición durante 10-15 segundos y luego baja lentamente.
- Beneficios: Mejora la circulación y ayuda a reducir la hinchazón en la rodilla.
- Ejercicio de tobillo (flexión-extensión):
- Cómo hacerlo: Siéntate en una silla y mueve el tobillo de la pierna afectada hacia arriba y hacia abajo, como si estuvieras “punteando” con el pie.
- Beneficios: Mejora la circulación sanguínea y previene la acumulación de líquido.
- Masaje de la pierna:
- Cómo hacerlo: Utilizando movimientos circulares y suaves, masajea la parte inferior de la pierna y la rodilla para ayudar a reducir la inflamación. Si sientes dolor, evita aplicar demasiada presión.
- Beneficios: Ayuda a drenar el exceso de líquido y a aliviar la hinchazón.
2. Mejorar la movilidad
Trabajar para conseguir que tu rodilla tenga la mayor movilidad posible, sin dolor.
Ejercicios recomendados:
- Deslizamiento de talón (heel slides):
- Cómo hacerlo: Acuéstate de espaldas con las piernas estiradas. Desliza el talón de la pierna afectada hacia los glúteos (flexionando la rodilla) y luego regresa lentamente a la posición inicial. Asegúrate de mantener el pie en contacto con el suelo durante el movimiento.
- Beneficios: Mejora la flexión y extensión de la rodilla.
- Estiramiento de cuádriceps en posición de pie:
- Cómo hacerlo: De pie, apoya toda la tibia en un sofá mientras la otra pierna te mantiene en equilibrio, bascula la pelvis hacia una retroversión hasta que sientas el estiramiento. Mantén esta posición durante 20-30 segundos y repite 3 veces.
- Beneficios: Estira los músculos de la parte frontal del muslo, promoviendo la movilidad de la rodilla.
- Flexión activa de rodilla (sentado):
- Cómo hacerlo: Siéntate en una silla y coloca los pies planos sobre el suelo. Luego, flexiona lentamente la rodilla afectada, levantando el talón del suelo. Mantén la flexión durante unos segundos y luego regresa a la posición inicial.
- Beneficios: Mejora la movilidad articular sin forzar la rodilla.
3. Fortalecer los músculos:
Es fundamental mejorar la fuerza y elasticidad de los músculos del muslo (cuádriceps e isquiotibiales), y también los de la cadera y la espalda baja, que ayudan a estabilizar la pierna.
Ejercicios recomendados:
- Contracciones de cuádriceps (cuádriceps isométrico):
- Cómo hacerlo: Siéntate en un sofá con la pierna afectada extendida frente a ti. Tensa el músculo del muslo (cuádriceps) intentando presionar la parte posterior de la rodilla contra el sofá. Mantén la contracción durante 10-15 segundos y repite varias veces.
- Beneficios: Fortalece el cuádriceps sin mover la articulación de la rodilla.
- Elevaciones de pierna recta:
- Cómo hacerlo: Acuéstate de espaldas con la pierna afectada estirada y la otra pierna doblada. Eleva la pierna afectada hasta unos 20-30 cm del suelo y mantenla durante 5-10 segundos antes de bajarla lentamente.
- Beneficios: Fortalece los músculos del muslo y mejora la estabilidad de la rodilla.
- Puente de glúteos:
- Cómo hacerlo: Acuéstate de espaldas con las piernas dobladas y los pies planos sobre el suelo. Eleva las caderas hacia el techo apretando los glúteos y el abdomen. Mantén la posición durante 5-10 segundos y luego baja lentamente.
- Beneficios: Fortalece los glúteos, la espalda baja y los isquiotibiales, lo que mejora la estabilidad de la rodilla.
- Elevaciones laterales de pierna:
- Cómo hacerlo: Acuéstate de lado con la pierna afectada arriba. Mantén la pierna recta y elévala unos 20-30 cm. Mantén la posición durante 5 segundos y luego baja lentamente.
- Beneficios: Fortalece los músculos abductores de la cadera, que son esenciales para la estabilidad de la pierna.
Cirugía de ligamento cruzado anterior: lo que necesitas saber para una recuperación exitosa
Como vimos, la cirugía de ligamento cruzado anterior (LCA) es una intervención muy importante para aquellas personas que han sufrido una rotura en uno de los ligamentos más esenciales de la rodilla. Esta cirugía no solo ayuda a restaurar la estabilidad de la rodilla, sino que también permite que las personas puedan regresar a sus actividades diarias y deportes. Si te estás preparando para este procedimiento o si estás en el proceso de recuperación, te explicamos todo lo que necesitas saber.
Tipos de cirugía de ligamento cruzado anterior
Existen diferentes maneras de realizar la cirugía de ligamento cruzado anterior, y cada una tiene sus propias ventajas:
- T2 o T4 (Semitendinoso – Recto interno): Es la técnica más común y se basa en tomar un tendón de la pierna para reemplazar el ligamento dañado. Aunque es eficaz, puede debilitar en un comienzo los músculos de la parte posterior del muslo (isquiotibiales).
- HTH (Hueso-Tendón-Hueso): Esta opción utiliza hueso y tendón de la rodilla del propio paciente, lo que permite una recuperación más rápida de los túneles óseos (los agujeros que se crean en el hueso para fijar el injerto). Sin embargo, puede debilitar el tendón rotuliano.
- Aloinjerto de cadáver: En este caso, se utiliza un injerto de un donante. Se emplea cuando hay recaídas o cirugías anteriores. Aunque tiene menos estudios sobre su efectividad, puede tomar más tiempo para que el injerto reciba suficiente suministro de sangre.
Independientemente del tipo de cirugía, después de seis meses, los estudios han mostrado que no hay grandes diferencias en la recuperación entre estos métodos.
Fases de recuperación después de la cirugía de ligamento cruzado anterior
La recuperación tras la cirugía de ligamento cruzado anterior no es un proceso rápido, pero con paciencia y disciplina, se puede lograr una excelente recuperación. Aquí te explicamos las distintas fases de la recuperación:
Fase 1: De la cirugía a las primeras 72 horas
El objetivo principal es reducir el dolor y la inflamación en la rodilla. Durante este tiempo, es importante:
- Usar hielo para reducir la hinchazón.
- Evitar poner peso en la pierna. Se recomienda usar dos muletas para caminar.
- Realizar ejercicios suaves, como mover el tobillo, para prevenir que la pierna se hinche demasiado.
Fase 2: De los 3 días hasta los 21 días
Durante esta fase, el enfoque está en mejorar la movilidad y reducir la inflamación:
- Comenzar con ejercicios para movilizar la rodilla y la cicatriz de la operación.
- Trabajar en alcanzar la extensión completa de la rodilla y lograr una flexión de al menos 90º.
- Iniciar ejercicios para mejorar la fuerza muscular de la pierna.
- El trabajo en piscina es muy recomendable en esta fase, ya que el agua ayuda a reducir la inflamación y facilita los movimientos. (una vez que las cicatrices estén bien curadas).
Fase 3: De los 21 días hasta los 3 meses
Ahora el objetivo es continuar mejorando la movilidad de la rodilla y fortalecer la musculatura:
- Se puede empezar a caminar sin muletas, siempre que no haya dolor.
- Realizar ejercicios de bicicleta estática y elíptica sin cargar demasiado la pierna.
- Comenzar con ejercicios para fortalecer los músculos del muslo y la pierna.
Fase 4: Readaptación deportiva (después de 3 meses)
Esta fase se enfoca en fortalecer la rodilla para volver a la actividad deportiva. Durante este tiempo:
- La rodilla debe continuar recuperando fuerza, y se debe evitar cualquier dolor o inflamación.
- Se comienzan a hacer ejercicios específicos para cada deporte o actividad física que se desee realizar.
Enfoque personalizado en la cirugía de ligamento cruzado anterior
Cada persona es diferente, por lo que es importante que el proceso de rehabilitación sea personalizado. Factores como la alimentación, el nivel de estrés y el apoyo social influyen en la recuperación, y es por eso que seguir un plan adaptado a tus necesidades es esencial.
Si prefieres recibir atención personalizada en la comodidad de tu hogar, la fisioterapia a domicilio en Madrid es una excelente opción para ayudarte a acelerar la recuperación.