¿Qué causa el SIBO?
Existen diversas causas que pueden contribuir al desarrollo del SIBO. A continuación, se detallan algunas de las más comunes:
1. Disminución de la Motilidad Intestinal
La motilidad intestinal es el movimiento natural del intestino que ayuda a desplazar el contenido de manera eficiente. Ciertos factores, como trastornos neurológicos o el síndrome de intestino irritable (SII), pueden disminuir la motilidad, favoreciendo el estancamiento de bacterias en el intestino delgado y contribuyendo así al desarrollo del SIBO.
2. Deficiencia de Ácido Estomacal
El ácido estomacal juega un papel clave en el control de bacterias dentro del sistema digestivo. Cuando los niveles de ácido son bajos —ya sea por el uso prolongado de inhibidores de la bomba de protones (protectores gástricos como omeprazol) o por condiciones como la gastritis atrófica—, las bacterias pueden proliferar en el intestino delgado, aumentando el riesgo de SIBO.
3. Disbiosis Intestinal
La disbiosis, o desequilibrio en la flora intestinal, puede crear un ambiente propicio para el sobrecrecimiento bacteriano. Este desequilibrio puede resultar de factores como una dieta pobre en fibra, el abuso de antibióticos, o el estrés crónico, todos los cuales impactan la composición de la microbiota y promueven el SIBO.
4. Alteraciones Anatómicas o Quirúrgicas
Intervenciones quirúrgicas en el abdomen, como la cirugía bariátrica, pueden alterar la anatomía normal del tracto digestivo y crear zonas donde las bacterias se acumulen más fácilmente. Estas alteraciones también pueden afectar la motilidad y favorecer el desarrollo de SIBO.
5. Enfermedades Sistémicas o Crónicas
Condiciones crónicas como la diabetes y enfermedades autoinmunes pueden dañar los nervios o músculos del tracto digestivo, comprometiendo la motilidad y creando un ambiente adecuado para el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado.
Diagnóstico del SIBO
Para diagnosticar el SIBO, se suelen utilizar pruebas de aliento con lactulosa o glucosa, que detectan los gases producidos por las bacterias en el intestino delgado. Estas pruebas son no invasivas y brindan un diagnóstico relativamente preciso. También, en algunos casos, el médico puede recomendar pruebas de laboratorio o incluso una biopsia intestinal.
Tratamiento del SIBO
El tratamiento del SIBO busca reducir el sobrecrecimiento bacteriano y restaurar la salud intestinal. Las opciones más comunes incluyen:
- Antibióticos específicos: La rifaximina es un antibiótico no absorbible que se utiliza frecuentemente para tratar el SIBO, ya que actúa directamente en el intestino y tiene pocos efectos secundarios.
- Protocolo dietético adecuado: Es fundamental seguir una dieta para el SIBO que limite los alimentos fermentables para reducir los síntomas. Se recomiendan dietas como la dieta baja en FODMAP, siempre bajo la supervisión de un especialista.
- Suplementación probiótica y prebiótica: Ayuda a restaurar el equilibrio de la microbiota y a reducir la recurrencia del SIBO.
- Mejorar la motilidad intestinal: Algunos médicos recomiendan el uso de proquinéticos, medicamentos que estimulan el movimiento del intestino para reducir el riesgo de recurrencia.